domingo, 28 de julio de 2019



Unidas Podemos, ERC, JxCat, Bildu y Compromis suman 5.705.792 votos en las elecciones del 28A. El mensaje recibido en la investidura es que esos somos los votantes que estamos fuera del sistema: no somos “constitucionalistas”, ni demócratas (¡prohibido hablar de presos políticos!) ni españoles. No somos gentes de fiar. Esta idea, que no contamos, ni vamos a contar, ni llegaremos nunca a conseguir el poder es lo peor de la semana. No la supuesta pelea de la izquierda ni el mercadeo. Lo peor es que en este país casi seis millones de votantes y sus ideas no van a ser tenidas en cuenta nunca. En ninguna circunstancia. 

Los problemas del R78 están en cómo mantener el teatro con un mínimo de verosimilitud. Hay que crear consentimiento porque no se sostiene un sistema con tanta gente (más anarquistas, abstencionistas, etc…) en contra. Hacen falta casas en Galapagar, vicepresidencias y  ministerios de trabajo que tapen la realidad: no va a haber un gobierno con ministras de izquierdas en este país. No lo veremos. 

Hace poco se supo que las cloacas habían montado una campaña contra los dirigentes de Podemos que incluyó el robo de móviles y la publicación de su contenido, la invención de informes falsos y su publicación y varios montajes como el de Vicky Rossell en Canarias. Ahora, cuando el gobierno de coalición era la opción lógica y normal, se ha usado a la prensa del régimen y se nos ha vendido como una curiosa batalla por el “relato”. (Es más serio hablar de batalla por el relato que aclarar que nos están vendiendo mantas). El relato es que en un gobierno de coalición el segundo partido (que tiene la mitad de votos que el primero) no puede incluir a su líder. Porque no. No puede acceder a los “ministerios de estado” y tampoco puede gestionar otros como trabajo. ¿Nos imaginamos una inspección de trabajo con órdenes de controlar los contratos/horarios de supermercados, hoteles, centros de logística? Ahí podemos empezar a discutir la importancia de cada puesto, de que Iglesias haría qué, de que Irene y su sobaco con pelos tampoco. El mejor argumento usado por el R78 es que Podemos quería puestos. Poder. En serio. Unos políticos electos que quieren alcanzar puestos de gobierno para lograr las medidas en las que creen. No como los del R78 que lo hacen por altruismo. 

Habrá o no elecciones. Nos asustarán con Vox y nos dará miedo Víznar. Nos dirán que hay que votar para parar a la derecha e incluirán al PSOE en el bloque de la izquierda para que respiremos aliviados. La reforma laboral no se tocará, los bancos no devolverán lo robado y la ley mordaza y la ley antiterrorista seguirán ahí, por si acaso.  Poco importa que votemos a Podemos, a ERC, Bildu o Compromis: son votos que no alcanzarán el poder.

Lo malo del bipartidismo no era que hubiera sólo dos partidos, lo malo es que nos decían que eran diferentes pero defendían lo mismo: la misma reforma laboral, la misma ley mordaza y la misma ley antiterrorista. Ahora tenemos más partidos con más matices y algunos más amenazantes. No es lo mismo el PP que el PSOE o Vox pero hay cosas que no van a cambiar y privilegios y riquezas que no se van a tocar. Los detalles son interesantes y sería preferible que los líderes de los partidos fueran decentes, inteligentes y generosos. Pero en el fondo da igual. No van -no vamos- a gobernar. Nunca. 

El artículo que enlazo es interesantísimo por todo lo que no cuenta.

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