domingo, 9 de octubre de 2011

Andaba cerca del final de esta historia, cada vez mas contento con su lectura, cuando un jodido pensamiento  me la ha fastidiado: en estas novelas que han surgido con el éxito de la novela negra el policía es el mejor amigo del hombre. 

Rosa Ribas escribe sobre una poli alemana hija de madre española, unos publicistas estupendos y un marido un poco excéntrico del que nunca sabemos realmente que pretende ni porqué hizo lo que hizo. Weber-Tejedor trae a la memoria a Petra Delicado, gracias a dios sin la sombra funesta de Ana Belén, pero Ribas escribe unos diálogos más que decentes, no como la Sra. Giménez. Ambas coinciden en estar permanentemente cabreadas o jodidas, ambas pretenden ser duras a base de ser bastante estúpidas como esas mujeres que alardean de conducir como un tío y eso significa que conducen como tantos imbéciles.  

La novela empieza sosa y limpita, crece un tanto aburrida y al final mejora hasta que se acerca a la página 400 y como tiene que acabar pues se acaba. Hace poco leí “Un territorio oscuro” de Val Mc Dermid que es impresionante hasta las cincuenta páginas finales en las que la autora enloquece y convierte un relato clásico de novela negra con componentes sociales, personajes cuidados, crítica social e histórica y todo lo demás en un sucedáneo de los peores best seller. Ribas nos lleva tranquilamente por Franckfort, nos va contando poco a poco como transcurre la investigación hasta que se acerca a la página cuatrocientos y la resuelve en un pispás. ¿Ese era? ¿Y por qué era ese?

Policía hija de emigrantes, publicistas gays, grupos de extrema derecha, prostitución y trata de blancas, proxenetas asesinos con perros españoles, madre gallega, marido que se va de viaje por Australia y vuelve y no lo explica, amante jovenzuelo. Todo esto y la sra. Ribas nos lo cuenta de una forma pulcra y ordenada. Sin mancharse las manos. El sr. Lector con la desagradable sensación de oportunidad perdida. Mr. Torres marca un gol cada 190 minutos jugados con España. 

Tal vez seamos los lectores los que tenemos las manos desmasiado limpias. Tal vez ya no quiera enfrentarme con textos más duros y reales. Los sofás blanditos, las letras grandes y la vida poco a poco. El policía es el mejor amigo del hombre. 

Perdón, ¿qué he dicho? Tonterías, seguiré con Dr. Zhivago.

Una reseña del maestro Paco Camarasa:
- reseña -

Un territorio oscuro:
- reseña -

Post a Comment: