Rosa Ribas - Con anuncio
Andaba
cerca del final de esta historia, cada vez mas contento con su lectura,
cuando un jodido pensamiento me la ha fastidiado: en estas novelas que
han surgido con el éxito de la novela negra el policía es el mejor amigo
del hombre.
Rosa
Ribas escribe sobre una poli alemana hija de madre española, unos
publicistas estupendos y un marido un poco excéntrico del que nunca
sabemos realmente que pretende ni porqué hizo lo que hizo. Weber-Tejedor
trae a la memoria a Petra Delicado, gracias a dios sin la sombra
funesta de Ana Belén, pero Ribas escribe unos diálogos más que decentes,
no como la Sra. Giménez. Ambas coinciden en estar permanentemente
cabreadas o jodidas, ambas pretenden ser duras a base de ser bastante
estúpidas como esas mujeres que alardean de conducir como un tío y eso
significa que conducen como tantos imbéciles.
La
novela empieza sosa y limpita, crece un tanto aburrida y al final
mejora hasta que se acerca a la página 400 y como tiene que acabar pues
se acaba. Hace poco leí “Un territorio oscuro” de Val Mc Dermid que es
impresionante hasta las cincuenta páginas finales en las que la autora
enloquece y convierte un relato clásico de novela negra con componentes
sociales, personajes cuidados, crítica social e histórica y todo lo
demás en un sucedáneo de los peores best seller. Ribas nos lleva
tranquilamente por Franckfort, nos va contando poco a poco como
transcurre la investigación hasta que se acerca a la página
cuatrocientos y la resuelve en un pispás. ¿Ese era? ¿Y por qué era ese?
Policía
hija de emigrantes, publicistas gays, grupos de extrema derecha,
prostitución y trata de blancas, proxenetas asesinos con perros
españoles, madre gallega, marido que se va de viaje por Australia y
vuelve y no lo explica, amante jovenzuelo. Todo esto y la sra. Ribas nos
lo cuenta de una forma pulcra y ordenada. Sin mancharse las manos. El
sr. Lector con la desagradable sensación de oportunidad perdida. Mr.
Torres marca un gol cada 190 minutos jugados con España.
Tal
vez seamos los lectores los que tenemos las manos desmasiado limpias.
Tal vez ya no quiera enfrentarme con textos más duros y reales. Los
sofás blanditos, las letras grandes y la vida poco a poco. El policía es
el mejor amigo del hombre.
Perdón, ¿qué he dicho? Tonterías, seguiré con Dr. Zhivago.
Una reseña del maestro Paco Camarasa:
- reseña -
Un territorio oscuro:
- reseña -
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