Semifinales Champions. Chelsea - Barcelona. Ganaron los buenos.
Ganaron los buenos. Los buenos en el sentido ético y estético. Como en un guión de película barata y previsible pero que, de obvio que es, no puedes creerte y sufres hasta el final. Llegaron los últimos minutos y los malos quitaron a su delantero y siguieron despreciando el fútbol y despreciándose a sí mismos como futbolistas. El Chelsea jugó como el PSV de 1988, ambos dirigidos por Hiddink, pero aquel equipo no tenía figuras, el Chelsea se supone que sí. Dice Hiddink que el de ayer fue el peor arbitraje de la historia: mentira, debería recordar los Corea - Italia, (expulsión a Totti después de ser agredido, era penalti y expulsión del coreano), y Corea - España. Claro, entonces él era entrenador de Corea. Aquellos partidos quizás sean los arbitrajes más deleznables que he visto en mis treinta años de aficionado. Curioso caso el de Hiddink, comete tropelías y desvergüenzas varias contra el fútbol y sigue teniendo la imagen de un defensor del buen gusto y de un caballero.
Hay jugadores que confunden la agresividad con la violencia. Se creen listos y acaban siendo enormemente torpes. Seguro que ayer Alves salió pensando en que no le influyera tener una tarjeta para hacer su juego. Si hubiera sido humilde, la tarjeta le habría influido y hubiera medido su agresividad. Si hubiera sido humilde no me hubiera recordado a Heinze malgastando el balón en cada disparatado centro y en cada falta que tiró a las nubes. Hay veces, tantas veces, en las que la humildad es una forma superior de inteligencia.
Durante el partido pensé en qué hubiera pasado si el Madrid hubiera jugado así. Pensé que era imposible, jugar así sería una humillación mayor que el resultado. No soy ingenuo, estamos tan maleducados que vendemos a nuestra madre por un uno cero. Prefiero seguir pensando que el público del Bernabeu no hubiera permitido un planteamiento así.
Guardiola hizo algo que no me gustó nada. Quitó a Touré del mediocentro para ponerlo como central. Atrás, falló en la linea de fuera de juego varias veces y el equipo perdió salida y orden. Misterios tiene la iglesia.
Se quejan los del Chelsea del arbitro, ¿qué les parece la agresión de Essien a Iniesta? No entiendo porqué un ciudadano normal hace eso y va a la cárcel, (o al menos es condenado), y un futbolista, (Pepe, Essien), puede patear con las peores intenciones a otro y no es considerado delito.
Voy con mi chándal del Madrid a pasear con los perros. Me encuentro a unos adolescentes que se ríen. Un poco de cachondeo. Les respondo que es el momento de llevarlo puesto. Fueron educados pero tenían un punto de agresividad. Hay amigos del Madrid que querían que perdiera el Barca. Algunos amigos del Barca quieren que pierda siempre y en cualquier circunstancia el Madrid. Nos educan, nos educamos, tan mal que no somos capaces de disfrutar solamente. No estoy hablando de no tener sangre en las venas, estoy hablando de saber elegir las batallas. ¿Tal vez disfrutar con nuestro equipo y, además, con el buen fútbol? ¿Disfrutar cuando ganan los buenos?
Hay jugadores que confunden la agresividad con la violencia. Se creen listos y acaban siendo enormemente torpes. Seguro que ayer Alves salió pensando en que no le influyera tener una tarjeta para hacer su juego. Si hubiera sido humilde, la tarjeta le habría influido y hubiera medido su agresividad. Si hubiera sido humilde no me hubiera recordado a Heinze malgastando el balón en cada disparatado centro y en cada falta que tiró a las nubes. Hay veces, tantas veces, en las que la humildad es una forma superior de inteligencia.
Durante el partido pensé en qué hubiera pasado si el Madrid hubiera jugado así. Pensé que era imposible, jugar así sería una humillación mayor que el resultado. No soy ingenuo, estamos tan maleducados que vendemos a nuestra madre por un uno cero. Prefiero seguir pensando que el público del Bernabeu no hubiera permitido un planteamiento así.
Guardiola hizo algo que no me gustó nada. Quitó a Touré del mediocentro para ponerlo como central. Atrás, falló en la linea de fuera de juego varias veces y el equipo perdió salida y orden. Misterios tiene la iglesia.
Se quejan los del Chelsea del arbitro, ¿qué les parece la agresión de Essien a Iniesta? No entiendo porqué un ciudadano normal hace eso y va a la cárcel, (o al menos es condenado), y un futbolista, (Pepe, Essien), puede patear con las peores intenciones a otro y no es considerado delito.
Estoy viendo el partido y gana el Chelsea. Enfocan a Capello y Domenech. Qué pareja. Sonríen. Me los imagino comentando algo así como que lo importante es ganar, hay que ser más rápidos y menos técnicos, el Barca se lo merece por no jugar con cuatro medioscentrosdefensivos: el hombre es un lobo para el hombre. El partido se convierte en una batalla entre la alegría y la tristeza. Que se jodan, ganaron los buenos.
Voy con mi chándal del Madrid a pasear con los perros. Me encuentro a unos adolescentes que se ríen. Un poco de cachondeo. Les respondo que es el momento de llevarlo puesto. Fueron educados pero tenían un punto de agresividad. Hay amigos del Madrid que querían que perdiera el Barca. Algunos amigos del Barca quieren que pierda siempre y en cualquier circunstancia el Madrid. Nos educan, nos educamos, tan mal que no somos capaces de disfrutar solamente. No estoy hablando de no tener sangre en las venas, estoy hablando de saber elegir las batallas. ¿Tal vez disfrutar con nuestro equipo y, además, con el buen fútbol? ¿Disfrutar cuando ganan los buenos?
Post a Comment: