El accionista mayoritario
El accionista mayoritario - Petros Márkaris
Creo que no me ha gustado esta novela. Lo siento porque me encantaron las otras tres novelas de Jaritos y porque hay autores y personajes que me caen bien y quiero que me gusten sus libros. Vuelve Márkaris al tema del terrorismo pero mientras que en el cuento de "Un asunto del comisario Jaritos" lo resolvía con cachondeo, aquí se pone muy serio y no acaba de darle la intensidad que necesita. La historia se pone al servicio de las ideas que nos quiere mostrar y como suele suceder cuando priman sólo las buenas intenciones se resiente la historia y, también, la literatura.
Decía Bukowski que al final de su vida, en los últimos libros, Hemingway se imitaba a sí mismo, que "El viejo y el mar" la había escrito para ganar el Nobel. Una concesión. Esa es la impresión que Márkaris da en este libro, que se imita a sí mismo, que es lo peor que puede hacer un escritor, bueno, la verdad es que también se puede escribir "Juan Salvador Gaviota", que es peor.
Durante toda la historia esperas que la novela coja la velocidad e intensidad de las otras tres y no lo hace, hay una falta de coraje, de llegar hasta el final o, quizá peor, de recurso a la técnica como forma de conducir la obra que la deja sin más interés o con menos interés del esperado. Me recuerda a las últimas novelas de Carvalho, que son un tostón. Un molde que ha sido un éxito, vamos a repetirlo y, además, nos sirve para contar nuestras ideas sobre el mundo. Perfecto. Pero no funciona, porque lo importante es que cuando funciona es porque hay vida detrás y en los moldes no parece haberla.
Intento recordar una novela buena sobre el terrorismo, no la recuerdo. Tampoco una película buena. Quizá sea un tema tan duro y tan pervertido políticamente que es difícil contar una historia sobre él.
Por supuesto, si no la hubiera leído, correría a la librería a comprarla y leerla.
Una entrevista y otra entrevista.
Decía Bukowski que al final de su vida, en los últimos libros, Hemingway se imitaba a sí mismo, que "El viejo y el mar" la había escrito para ganar el Nobel. Una concesión. Esa es la impresión que Márkaris da en este libro, que se imita a sí mismo, que es lo peor que puede hacer un escritor, bueno, la verdad es que también se puede escribir "Juan Salvador Gaviota", que es peor.
Durante toda la historia esperas que la novela coja la velocidad e intensidad de las otras tres y no lo hace, hay una falta de coraje, de llegar hasta el final o, quizá peor, de recurso a la técnica como forma de conducir la obra que la deja sin más interés o con menos interés del esperado. Me recuerda a las últimas novelas de Carvalho, que son un tostón. Un molde que ha sido un éxito, vamos a repetirlo y, además, nos sirve para contar nuestras ideas sobre el mundo. Perfecto. Pero no funciona, porque lo importante es que cuando funciona es porque hay vida detrás y en los moldes no parece haberla.
Intento recordar una novela buena sobre el terrorismo, no la recuerdo. Tampoco una película buena. Quizá sea un tema tan duro y tan pervertido políticamente que es difícil contar una historia sobre él.
Por supuesto, si no la hubiera leído, correría a la librería a comprarla y leerla.
Una entrevista y otra entrevista.
2 comentarios
Una cosa tuya que me resulta muy curiosa es cómo puedes terminar de leer una novela que no te está gustando desde el principio; ¿es que esperas alguna sorpresa o que se enderece, algo así?
ReplyYo lei una novela sobre terrorismo hace un millón de años: "Y Dios en la última playa". De 1981, el año que nació ¡¡SAVIOLA!!.. :-)) En aquel momento me gustó pero vete tú a saber ahora.
Sí, hay novelas que me han gustado desde la página 200: una de L. Durrel, que además acabó encantándome y alguna otra.
ReplyBueno, Rayuela me duró 36 páginas exactas. :-)