lunes, 28 de junio de 2010

Se sabe que se probaron armas químicas en ciudades americanas. Se lanzaron bombas atómicas sobre Japón. Hubo cámaras de gas, paseos a los cementerios y plazas de toros fusiladas, estadios convertidos en centros de tortura. Todo eso parece tan lejano y tan increíble como nos parecerá dentro de unos años que no haya un cuarto árbitro con una tele y no esté viendo el partido y no ayude al árbitro para que no la líe. ¿O es que estaba viendo la tele y no dijo nada? Imaginemos: Lampard lanza, el árbitro, (el único ser de todo el universo que no ha visto el gol), dice que sigan y recibe una descarguita en su brazo, nada grave, sólo para que no haga el burro y dé el gol. Tévez cabecea y el árbitro, que también es el único ser vivo que no se ha dado cuenta del fuera de juego, en vez de hacer el paripé con el linier, se va al centro del campo, ve la tele y pita fuera de juego. Qué sencillo, ¿verdad?

Suárez marca dos goles, el primero tras un gran pase de Forlán. Me alegro pero sólo vi unos minutos. Tuve la ocurrencia de atacar a mis tijeras de podar con el dedo meñique y a esa hora no estaba el horno para bollos. (Por suerte sigo pudiendo escribir «ñ», «p» y «-», algo doloridas, pero ahí están.)

Divertidísimo Ghana contra USA. Bradley padre es de los pocos entrenadores que son capaces de influir en un partido con movimientos tácticos. Hizo un par de cambios y el partido varió de una primera parte en la que estuvieron a punto de ser goleados, a empatar y casi ganar después. USA tiene a Bradley hijo, Donovan y Dempsey, tres buenos jugadores, pero todavía no está para más. Alemania contra Ghana: acostumbrados a ser más fuertes siempre, los alemanes estaban perplejos: perdían todos los choques, todos los esprints. Pero Ghana no tiene sólo fuerza, también están ordenados y tienen un buen plan. Y un central del Granada. Donovan no apareció, tiró un penalti espectacular, sólo eso.

Y empieza Alemania, ayer en una porra pronostiqué cinco a cero. Capello es un entrenador que logró que prefiriera ver al Betis que al Madrid en una jornada de Champions. Creo que es el único partido del Madrid en Champions que no he visto. Se supone que es un técnico duro y que ordena bien a los equipos. Terry pidió a Joe Cole y lo pone. La defensa es un desastre, el centro del campo sólo manda balones largos y Rooney ha pasado inédito. Alemania los avasalla totalmente y se pone dos a cero. Un balón suelto y dos a uno. Y llega Lampard y la mete en otro balón perdido. El árbitro destroza el partido. Alemania empieza a jugar como si les diera vergüenza ganar así. Los ingleses se van arriba. Y en dos contras Alemania impone su calidad y los destroza. A Capello no se le ocurre otra cosa que cambiar de delantero centro: oiga usted, que va cuatro a uno, intente algo, joder. Capello ya tiene una excusa, no se merece tanto. En Inglaterra dentro de cuatro años dirán que son favoritos para el mundial, tendrán un entrenador alemán u holandés. ¿Tal vez ruso?

México sale con el balón dominado, juegan lento, tienen la pelota y no se ve cómo van a meterle mano a Argentina. Antes o después Messi cogerá una y la liará. Un balón suelto, Tévez arranca y el portero despeja, Messi vuelve a tirar y Tévez, que se ha quedado de palomero, la empuja dentro. Repiten la jugada por los vídeo marcadores y todo el mundo ve el fuera de juego, árbitros incluidos. Inexplicablemente, da el gol. Ahí se acabó el partido, bueno, el central, un poco después, le da el balón a Higuaín para que lo finiquite.

Maradona se imita a sí mismo pero cada vez está más contento con su papel. No le importa la presión, dice cosas raras y tiene un criterio futbolístico más que discutible, pero ha montado un equipo y tiene a Messi. Veremos a ver qué es realmente cuando se enfrenten a Alemania. Hasta ahora no ha jugado contra nadie en condiciones. Por favor, no leáis los titulares de lo que dice Maradona, leed sus declaraciones completas, son cosas bastante diferentes. Uno, otro, de los problemas de nuestra democracia es que no puede existir sin una prensa que diga la verdad. No puede ser que los periodistas mientan por sistema. Y los árbitros. Ay, los árbitros, ¡que no tienen tele!

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